Escuchar el nombre de Palestina genera diferentes reacciones. Algunos nunca lo escucharon nombrar ni conocen su ubicación, otros piensan que es tierra de hijadistas que se inmolan, otros que son los enemigos del pueblo judío y otros que son usurpadores de territorio.
Durante mi visita a Palestina descubrí que a la vez todas y ninguna de las afirmaciones son correctas. Por supuesto que no vengo a cambiar las ideologías de nadie con este post, menos entrar en discusiones, pero mi visita me enseño a no dejarme guiar por todo lo que se dice, menos de parte de los medios de comunicación sensacionalistas, y ese es el mensaje que quiero transmitirte con este relato.
Creo que lo más lindo de viajar es poder ver con tus propios ojos la realidad cotidiana de los diferentes pueblos y poder armar tu propia conclusión luego de haber interactuado con los verdaderos protagonistas.
En Palestina me encontré con personas más allá de lo amable, con un pueblo que vive limitado al territorio demarcado por otros pero con una felicidad que se transmite en alegría pura.
Lo más temido para todo turista es el cruce de “frontera”, mal llamado así porque en realidad lo que cruzas es un puesto de control y vigilancia para mantener a los palestinos dentro de su territorio y permitirles la salida solo a aquellos autorizados por el gobierno israelí.
Con mi novio visitamos la ciudad en bus desde Jerusalén y el control de la frontera fue muy simple: a los palestinos los hacen bajar para una revisión extra y a los judíos y turistas los dejan dentro del bus. Dependiendo, puede que te pidan el pasaporte o no. Tenelo a mano para mostrárselo.
Después de entrar formalmente a Palestina toca visitar sus atractivos, y te preguntaras: ¿Qué podes visitar en este lugar?
Te cuento que Palestina es uno de los centros de peregrinación religiosa más importantes del mundo, ya que en la ciudad se encuentra la Basílica de la Natividad o de Belén, donde según las escrituras antiguas se encontraba el pesebre donde María tuvo al baby Jesus.
Otro atractivo muy visitado es la Basílica de la Leche, donde se dice María dejo caer una gota de leche al suelo mientras alimentaba a Jesús. Seas o no creyente, el lugar impacta, a ver, es la cuna de las civilizaciones monoteístas más importantes del mundo, aunque seas no creyente este lugar te moviliza.
Para acceder al lugar de nacimiento hay que ir debajo del altar principal ↑
Admirando de cerca la estrellas de 14 puntas que marca el lugar de nacimiento de Jesús ↑
Exterior de la Basílica de la Leche ↑
Lugar exacto donde María derrama la gota de leche mientras alimenta a Jesús ↑
Otro atractivo que no forma parte de los “religiosos” es el muro que divide Israel con Palestina. Este lugar se volvió famoso por haber sido intervenido por diferentes artistas de talla mundial, hasta el propio Banksy estuvo por estas tierras haciendo de las suyas.
Vale la pena recorrer el muro y ver los cientos de grafitis en él. De las basílicas hasta el muro son unas 16 cuadras. Muchos lo hacen con tour pero vale la pena ir por tu cuenta, tenes más tiempo para recorrer tranquilo y podes parar a comprar recuerdos en el camino y a desayunar o almorzar comida árabe, riquísima por cierto….
Los grafitis son verdaderas manifestaciones del deseo de todos que es la unión de los dos pueblos. Un deseo utópico claro está.
Mural del famoso artista Banksy ↑
Palestina vive!!! ↑
Morgan Freeman sos vos?? acá el artista se lo confundió con Nelson Mandela ↑
De mis partes favoritas del muro ↑
En una de las tiendas de souvenirs relacionada con los grafitis, compré un imán muy divertido con un dibujo, donde los reyes magos venían de camino hacia Belén para presentar sus regalos a Jesús y se encuentran con el muro de separación, resultando imposible cruzar para llegar a destino.
Este grafitti de Visit Palestina se dibujó en base a una postal típica de la ciudad, la cual podes conseguir en tiempos de regalos tanto en Palestina como en Jerusalén ↑
Visitar palestina desde Jerusalén es muy simple. Basta tomar el bus 321 o el bus 234 desde el centro o sur de la ciudad. Una de esas líneas te deja en el centro, y otra te deja pasada la frontera, cerca del muro de división.
Recordá que los viernes y sábados es el Sabbat judío, lo que significa que el transporte público entre las 15hs del viernes y las 18hs aprox del sábado se detiene totalmente y solo queda tomar taxis, los cuales son caros, o contratar una excursión!
Para movilizarte en bus vas a comprar una tarjeta Rav-Kav en la estación central de buses en Jerusalén y le recargas dinero. Te va a servir para cualquier bus que tomes dentro del país. El trayecto ida hasta Palestina te cuesta 1.50usd.
Esta es la tarjeta y es personal. Casa pasajero tiene que tener la suya y el dato más llamativo es que le colocan tu foto y escriben tu nombre en hebreo (inserte foto de muerta viva después de viajar en avión desde Roma vía Oslo hasta Tel Aviv y después tomar un bus hasta Jerusalén) ↑
Te recomiendo visitar la ciudad lo más temprano que puedas, siempre atento al horario de apertura de los atractivos, para aprovechar el día al máximo y no sufrir del calor y de las hordas de grupos de turistas que vienen en micro. El horario ideal de llegada a la ciudad es entre las 8 y 9 de la mañana. A esa hora los atractivos se encuentran abiertos y todavía no llegaron los micros de turistas al lugar.
NO DEJES DE VISITAR DENTRO DE LA SECCIÓN ISRAEL LOS POSTS "ATRACTIVOS IMPERDIBLES DE JERUSALÉN: VISITANDO LA CIUDAD VIEJA" Y "VISITANDO EL MAR MUERTO DESDE JERUSALÉN".
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